martes, 1 de septiembre de 2009

2. SOCIALISMO DEL SIGLO 21

¿Qué es el ‘Socialismo del Siglo 21’? ¿Una versión nueva del viejo socialismo? ¿O es este un nuevo proyecto? ¿O es una nueva utopía? ¿Pero que es socialismo en primer lugar?

“El socialismo es una ideología política que designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden en principio un sistema económico y político, basado en la propiedad o posesión democrática de los sistemas de producción y su control administrativo por parte de los mismos productores o realizadores de las actividades económicas (trabajadores) y del control democrático de las estructuras políticas civiles por parte de los ciudadanos. Por ello normalmente el socialismo se asocia a la búsqueda del bien colectivo, al desarrollo en cooperación e incluso la igualdad social, eso sí, las definiciones de estos aspectos del socialismo pueden variar drásticamente.

En resumen apoderar a quienes realizan la vida social y economía de una sociedad en lugar de darle poder sólo a aquellos que las puedan comprar o concentrar el control de ella (e incluso elaborar mecanismos para evitarlo de raíz), de ahí su carácter originalmente anticapitalista. En principio es a esto a lo que en el siglo XIX, en el contexto de un proceso de proletarización masivo producido por el ascenso del capitalismo industrial, se denominó movimiento socialista y en algunos lugares movimiento de reforma del trabajo.

Es un término político, que permanece fuertemente vinculado con el establecimiento de una clase trabajadora organizada, creada ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras. La radicalidad del socialismo no se refiere tanto a lo métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen”.
http://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo

¿Y cuantos tipos de socialismo existen? Pues en realidad muchos, es largo enumerar. De hecho podemos distinguir tres tipos principales de socialismo:

En primer lugar, tenemos el socialismo estilo soviético, o socialismo de izquierda. También se lo conoce como socialismo científico, y está basado en las teorías de Carlos Marx y Federico Engels. En este sistema el estado mantiene el control sobre los medios de producción, es decir, los bienes de capital que alguna vez fueron propiedad individual pasan a propiedad colectiva a través del estado. Este tipo de socialismo busca o buscaba la igualdad como fin supremo. En cualquier caso, es claro que bajo el socialismo estilo soviético el individuo deja de poseer cualquier tipo de propiedad directamente. Al ser parte del colectivo, se supone que el individuo es dueño de todos los bienes comunes.

En segundo lugar tenemos el socialismo democrático que se basa en algunos planteamientos de Marx, aunque rechaza la vía revolucionaria como método de cambio político. La manera de avanzar hacia el socialismo sería a través de progresivas reformas parlamentarias. Aunque finalmente abogan por una economía mixta del sector público y privado renunciando en parte, en sus reivindicaciones iniciales. Este principio inspiró a una serie de partidos, principalmente en Europa, alguno de los cuales llegaron al gobierno. Algunos pensadores alegan que el progreso y bienestar europeo de post Segunda Guerra Mundial se debe al establecimiento de un consenso socialista democrático.

Por otra parte, los términos “socialismo democrático” y “socialdemocracia” suelen emplearse en ocasiones como sinónimos, pero hay quien ve grandes diferencias: la socialdemocracia defiende la libre empresa pero a la vez aboga a que el Estado tenga un papel regulador como las subvenciones. Por el contrario el socialismo democrático aboga por una economía mixta donde el Estado interviene activamente en la economía y el sector privado económico está muy regulado por el Estado. El socialismo democrático también se dice diferenciar de la socialdemocracia por su objetivo final: la completa transformación de la sociedad de la fase capitalista al socialismo, donde los medios de producción están en manos del poder público. El socialismo democrático y la socialdemocracia tienen en común el intentar crear una robusta seguridad social (el conocido "Estado de bienestar").

Y en tercer lugar, tenemos el Socialismo del Siglo 21, proyecto político en construcción antes que concepto, que emerge como resultado de años de pensamiento político progresista que ha estudiado y analizado las desventajas y perversidades del neoliberalismo, y como una alternativa al mismo, debido a los efectos catastróficos que trajo consigo la mundialización imperial para toda la sociedad. Ahora son comprendidos cada vez mejor por la gente común y corriente, los efectos devastadores del neoliberalismo, como la inflación, el desempleo, la inseguridad resultante, la migración, etc. En este contexto, es más que legítimo oponer un ‘neo socialismo’ al avance arrollador y devastador del ‘neo liberalismo’, es decir, a la ‘globalización’ puesta en práctica por las mega corporaciones, los estados de los países desarrollados y todo el aparataje militar del complejo imperial-industrial-energético.

Es imprescindible la construcción de un nuevo modelo social, económico, político que enfrente la destrucción social y ambiental que trajo consigo el modelo neoliberal. La hegemonía global del capitalismo que fue construida sobre las nuevas bases de las Tecnologías de la Información, permitió mundializar, globalizar la subordinación del trabajo al capital por varios medios, entre ellos los medios financieros, el bajo costo de las materias primas y de los productos agrícolas, el incremento de la deuda externa, el uso de paraísos fiscales para la fuga de capitales y la evasión de impuestos, la flexibilización laboral, la fiscalidad interior promoviendo la riqueza individual y por medios jurídicos, las normas de las organizaciones internacionales, como el FMI, el Banco Mundial, la OMC. Como dice el profesor Bossi: “¿Qué socialismo entonces necesitamos los latinoamericanos y caribeños? ¿Cuál es el socialismo del siglo 21 que debe llevarnos definitivamente a una sociedad justa e igualitaria? No caben dudas de que será el socialismo que logremos inventar, desde el aquí y ahora. Un socialismo nacional, popular y democrático: el Socialismo Latinoamericano Caribeño, ¡nuestro socialismo!”. Bossi (2006).

Por todas estas razones el nuevo proyecto político debe empezar por una deslegitimación clara y radical del capitalismo, de su lógica de acumulación y concentración. Por otro lado la negación firme de que no se puede humanizar el capitalismo constituye la base de la construcción del Socialismo del Siglo 21.

Objetivos del Socialismo del Siglo 21

Como debe ser el país que queremos, esa es la pregunta que espera por la definición teórica, por la determinación de objetivos y acciones para su concreción. Por ahora el debate ideológico y teórico está abierto; de hecho el presente estudio pretende ser un aporte a ello, desde la perspectiva de la CyT.

1. Predominio del valor de uso sobre el valor de cambio. Que en otras palabras significa poner por delante al ser humano antes que el capital. Este concepto marxista determina que el valor de uso es lo que permite mejorar la calidad de la vida de los seres. Por el contrario, el valor de cambio o sea el mercado, debería estar subordinado al valor de uso. Pero en la actual lógica del capital, sabemos que todo se ha subordinado al mercado. En el capitalismo, todo se transforma en mercancía, el trabajo, los bienes, los servicios, incluso derechos como la salud y la educación. “Los seres humanos están sometidos a esta ley que invadió la realidad social, sometiendo la humanidad en su totalidad a la lógica del capitalismo”.

2. Prioridad de una utilización renovable de los recursos naturales. La naturaleza es nuestra madre, ella es la fuente de nuestras vidas, por ello existe una estrecha interrelación entre la naturaleza y el ser humano. Si destruimos la naturaleza, en verdad nos estamos destruyendo a nosotros mismo. Por otro lado no se puede destruir la naturaleza en la lógica del capital, es decir para acumular riqueza. Por ello se debe establecer el principio de la utilización renovable de los recursos, sin que se destruya la naturaleza; para ello se debe tomar en cuanta a los actores más directamente involucrados, como las comunidades.

3. Planificación de la economía nacional. La definición de una visión de futuro, unos objetivos y unas metas compartidas contribuye a crear, mantener y mejorar las actividades a desarrollar como parte del proceso de planificación. En la elaboración de una visión, se comunican y comparten ideales, se clarifican los valores o principios fundamentales de quienes participan del proyecto estratégico y facilita así la creación de expectativas y el entusiasmo necesarios para hacer política de transformación y no solo de gestión. La planificación de la economía nacional es imprescindible en la construcción de la nueva sociedad.

4. Participación democrática en todos los sectores de la vida colectiva. La sociedad civil no debe limitarse a la participación en la vida política. Si tomamos en cuenta que la esfera política no puede examinarse sin hacerlo en sus relaciones, en su sinergia con la esfera económica y social, se debe afirmar que la participación democrática tiene que aplicarse a todos los niveles de la vida humana colectiva, desde el local, hasta el global.

5. Interculturalidad. Todas las culturas participan a la vida cultural y espiritual de la humanidad. Ninguna de ellas puede ser eliminada o marginalizada. Eso incluye todas las expresiones culturales, el derecho, la ciencia, las religiones y las espiritualidades. Las transformaciones que derivan de intercambios, de enriquecimiento mutuo son bienvenidas, porque la cultura no es estática.

Medios para la construcción del Socialismo del Siglo 21

Para poder concretar los principios, es preciso establecer los medios pertinentes y efectivos, los citamos a continuación.

1. Predominio del valor de uso sobre el valor de cambio. Para lograr este predominio, varios medios pueden ser utilizados. Por ejemplo introducir nuevos conceptos en la actividad económica, como la producción ecológica, la producción orientada hacia las mayorías, hacia la seguridad alimentaria; el reconocimiento y la valoración de empleos como el de las amas de casa, la terminación de la flexibilidad laboral, la limitación de la influencia del capital financiero y especulativo, el no pago de la deuda externa, por lo menos la ilegitima; la introducción del seguro social universal así como el mejoramiento y revalorización de los servicios sociales, de los servicios de salud, entre otras medidas.

2. La relación con la naturaleza. Para la concreción de la utilización adecuada y renovable de los recursos naturales en primer lugar es necesaria la reversión al Estado de los recursos indispensables para la vida humana, como el agua, el aire, las semillas, etc., ya que son patrimonio de la humanidad, y no convertirse en mercancías por la ley del valor de la lógica del capital. Al mismo tiempo de debe tender hacia una agricultura colectivista, no depredadora, que permita regenerar el medio ambiente, la atmósfera, los suelos, las aguas, y así el clima.

3. La planificación. La planificación comunitaria únicamente es factible en un régimen político plenamente democrático. Y exigirá una participación, compromiso, y responsabilidad que alcancen el nivel de una movilización integral. Serán componentes de la misma tanto amplios niveles de autonomía, como la penalización de las ineficacias. Junto a la movilización, el Plan debe tener como atributos indispensables la flexibilidad y diversificación. La planificación será trazada por el órgano de gobierno general en cuanto a las grandes opciones y magnitudes. Los niveles políticos provinciales y finalmente locales deberían encargarse de escalonar su concreción y aplicación efectiva.

4. La democracia participativa. Se debe entender que la democracia en si mismo es un fin, pero también es un medio, talvez el más importante en la construcción del Socialismo del Siglo 21. Para ello se debe extender y reforzar la participación de todos los actores posibles en la vida democrática, en la democracia participativa. Además es necesario promover la participación ciudadana como factor de control popular en todos los sectores importantes de la vida de la sociedad.

5. Interculturalidad. Hay que establecer medidas en la sociedad que protejan las culturas y sus expresiones; se debe reforzar el principio de los derechos de los pueblos frente a la lógica del capital, lo cual implica un cambio radical de la postura de organismos como el FMI, el Banco Mundial, etc. Asimismo hay que democratizar el acceso al conocimiento, como un pilar de desarrollo socio económico. La tendencia actual de utilizar el sistema de propiedad intelectual como herramienta para la privatización del conocimiento constituye un reto fundamental a ser enfrentado.

Como concretar los principios

Varias acciones estratégicas son necesarias y válidas para llegar a los objetivos, acciones de tipo político ideológico, como de participación ciudadana.

Primero hay que reforzar la participación ciudadana en todos los campos posibles de la vida de una sociedad; esta participación ciudadana debe ser a nivel local, nacional y global. Para esto es necesaria la renovación de los movimientos y partidos de izquierda o progresistas, para ello la convergencia ideológica es un medio. De allí se originará el surgimiento de una fuerza política, de una alianza que aglutine a la mayoría de la población, obreros, campesinos, indígenas, profesionales, estudiantes, amas de casa, trabajadores, ciudadanos en general.

Pero antes que nada hay que utilizar todos los medios para desnudar al capitalismo y su lógica en toda su esencia deshumanizada; luego hay que deslegitimarlo, lo cual significa el desarrollo de un pensamiento crítico en los sectores de la economía, de la ecología, de la política y de la cultura. En este sentido, los foros sociales han cumplido con un papel importante, el desarrollo progresivo de una conciencia colectiva.

Para concluir este apartado, citemos a Saramago: “Durante muchos años el error de la izquierda marxista ha sido pensar que las armas del pasado sirven para ganar las batallas del presente. Como la teoría no se ha renovado, la práctica ha perdido el rumbo. El pragmatismo hizo el resto, y el oportunismo terminó el trabajo”, Saramago (2006). Dicho de otra manera, el Socialismo del Siglo 21 es un proyecto en construcción, capaz de contradecir la "barbarie" y de traducir en un proyecto post-capitalista a la vez la defensa de la dignidad humana y solidaridad con el prójimo.

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